PINZADO

 tejo (taxus baccata)

                                                 TIPOS DE PINZADO
Paciencia para el éxito. Hay que dejar crecer las ramas hasta que alcancen el grosor deseado. Unas ramas primarias finas son antiestéticas.





Ejemplo 1: Brotación paripinnada

Una vez engrosada la rama podamos en el segundo par de foliolos.

De cada yema nacen dos nuevas ramitas. Eliminamos el brote superior y las yemas que han quedado por detrás de ésta brotación y dejamos crecer nuevamente hasta alcanzar el calibre deseado.

Se poda nuevamente después del segundo par de foliolos.

Ahora nos decantamos por la ramita superior y podamos detrás del primer par de foliolos. Eliminamos la inferior. De ésta manera conseguimos cierto movimiento en la rama.

Pinzamos ambas ramitas y defoliamos el resto de hojas que quedan por atrás. En éste esquema simplificamos al máximo. Lo normal es que aparezcan otros brotes mal dirijidos durante el proceso. Los deberemos ir eliminando conforme aparezcan hasta quedarnos con ésta estructura.


Donde antes había una yema ahora tenemos nuevas ramas. Deberemos ir eliminando las mal posicionadas y aclarando la estructura. La densificación se continuará a base de nuevos pinzados, aclarados y defolizaciones. Ante todo, la paciencia, un correcto abonado y el buen hacer con las tijeras son la clave del exito.


Ejemplo 2: Brotación imparipinnada

Hojas aparecen de manera alterna. Mismo procedimiento inicial. Dejar crecer hasta engrosar al nivel deseado.


Debemos podar al nivel de la yema que mira hacia abajo. De lo contrario nos saldrá una brotación demasiado vertical.




A continuación se repite el proceso explicado anteriormente combinando los trabajos de crecimiento, poda, selección y defoliado.



Veamos a continuación un par de ejemplos más bien distintos entre sí. El primero de ellos versa sobre un árbol de hoja caduca en el que se combinará el alambre con la poda y el segundo un olivo en estilo "Bunjin".

Ejemplo 3: Un caduco simpodial

Imaginemos un material de partida de porte arbustivo que se ha dejado crecer libremente con una ligera selección de ramas.

El primer paso es realizar una severa poda. Podemos dejar algunos "muñones" como base para las futuras ramas primarias. Esto no siempre resulta exitoso, pues la planta termina brotando por donde quiere, pero en muchos casos podemos sacar gran provecho y tener un inicio de ramas más grueso.

Tras el primer año en cultivo eliminaremos las ramas mal posicionadas y colocaremos con alambre en la posición deseada solamente aquellas ramas que lo necesiten. A partir de aqui trabajaremos sólo con poda. En éste ejemplo no abusaremos del trabajo con alambre buscando así un resultado "natural".

Segundo año de cultivo. Se ha mantenido la estructura a base de poda y pinzados sin necesidad de más alambre. Toca ahora el trabajo fino de ramificación.









El exito lo conseguiremos a base pinzados sobre la nueva brotación pinzando siempre a partir de la primera yema para evitar alargamientos indeseados. Es una técnica muy lenta pero de grandes resultados.



Tendremos que combinar el pinzado con la eliminación de ramas mal posicionadas.


Los resultados tardarán en llegar pero merecerá la pena el trabajo realizado. Tendremos un árbol de hoja caduca con un aspecto muy natural sin fuertes triangulaciones.

Ejemplo 4: Un olivo monopodial

El material de partida es un olivo muy sencillo de vivero. Por la longitud de su tronco y la localización de su copa es un claro candidato para un estilo "Bunjin".
En éste tipo de estilo encaja muy bien un buen alambrado y posicionamiento de las ramas marcando bien los pisos y triangulando. Será pues un olivo con ramificación monopodial.




Selección de ramas y se las deja crecer para aumentar vigor y grosor.




Iremos posicionando las ramas con alambre y para densificar nos ayudaremos de pinzados y defoliados siempre y cuando la salud de nuestro árbol nos lo permita. Finalmente construiremos un bonito bonsai en estilo Bunjin o Literati.





Como vemos son muchas las opciones y técnicas que podemos elegir a la hora de construir la copa de nuestros árboles. La más importante es la constancia y saber hacer y sobre todo realizar los trabajos en la época adecuado y cuando la salud de nuestro árbol lo permita.
No hay que perder tampoco de vista un concepto tan básico como la ubicación del bonsai. Girarlo cada semana para que reciba sol por todos los lados es algo básico para una buena ramificación. Lamentablemente es algo que los aficionados no suelen seguir al pie de la letra. Es un gran error querer tener siempre a nuestro bonsai "de cara". No lo olvidéis.

No hay comentarios:

Publicar un comentario